Por Jesús Aguado
Cada año, toneladas de zapatos son exportadas de San Miguel de Allende hacia el mundo. La fábrica está sobre Calzada de la Estación, y aunque redujo su personal durante la contingencia sanitaria, todavía de ésta dependen 86 familias, más de los colaboradores son mujeres.
San Miguel Shoes es la marca que inició bajo el nombre Botín Rojo en calle Insurgentes. Los fundadores—Martha López, La Señora del Sombrero, y Santiago Gallardo—fallecieron este año, sin embargo, “jugando” sembraron en sus hijos e hijas la semilla del trabajo duro, honesto, orgulloso, y de calidad que ya hoy es parte de la economía de la ciudad.
Santiago Gallardo era contador leonés, de familia zapatera. Llegó a la ciudad para trabajar como contador (de empresas exitosas como Taboada, o La Esmeralda) su trabajo fue bien reconocido. Entre tanto, Martha López, era profesora de primaria; una de 14 hermanos. Con los ojos bien puestos en un futuro prometedor, siempre se dijo que “nunca se casaría con un profesor”, el trabajo no era bien remunerado. Un día la invitaron a una boda, no tenía deseos de ir, pero fue justo ahí donde conoció a Santiago, el hombre que cada fin de semana traía zapatos que luego ella vendía en la puerta de su casa en calle Loreto.
“El primer lote que le trajo mi papá, ella lo vendió todo, y le entregó íntegro el dinero para reinvertir” comentaron para Atención, las hijas del matrimonio: Paulina e Isabel Gallardo López. Más tarde, Santiago decidió comenzar a diseñar y fabricar a pequeña escala. Las Gallardo López todavía recuerdan a la primera costurera, Martina, y Pablito León, que cosía los zapatos. Santiago trabajó duro, hasta que creó el zapato “que le pegó”, era una pieza con suela natural, se ajustaba bien al pie, era maleable; ya luego las clientes extranjeras las bautizaron como “The coctail battle sandal”, mientras que el eslogan era “Fuertes como tanque, suaves como guante”.
Las hermanas Gallardo crecieron entre la tienda de zapatos, ahí aprendieron a posicionar su marca, a vender, a administrar, y a exportar cuando vino el Tratado de Libre Comercio, que fue cuando el zapato comenzó a exportarse por el canadiense David Kufles. Hoy las creaciones están en Estados Unidos, Canadá, Sudamérica y Europa.
Sobre Calzada de la Estación, entramos a la fábrica, ahí estaban sobre una mesa los diseños del nuevo calzado a fabricar, las hormas, los posibles modelos; luego pasamos al área de producción, donde se corta la piel, se moldea la suela: se pegan materiales, se hace la costura, se vuelve a pegar a presión, se decora, y se empaqueta. La explicación puede ser breve, pero lleva horas hacer un par de zapatos.
Recientemente, un gran lote de zapatos fue consumido por el fuego, sin embargo, de sus padres las Gallardo López aprendieron que cuando la vida te tira pedradas, ramas, y malas rachas, para ponerte de rodillas, el único camino a seguir es hacia arriba, con los ojos puestos en lo que sigue, y abrir las alas como águila para volar por el viento.
Por ello, lejos de lamentar lo que se fue, emergen como el fénix con la reinauguración de la tienda San Miguel Shoes en calle Relox 27. Un homenaje a La Señora del Sombrero, como conocían ya los clientes a Martha López, la señora elegante que siempre supo qué, y cómo vender. Nadie salía de la tienda sin un par de zapatos.
Esta reinauguración ocurrirá a las 5pm, el jueves 23 de diciembre entre cocteles, y otras sorpresas. Además, incluirá parte de la nueva línea de accesorios: bolsos, cinturones, sombreros, y otros productos que ya se preparan. Todos están invitados.