Por Francisco Peyret
Magdalena Zavala, Directora General del MAHG en la ciudad de León , nos regaló una hermosa conversación con paseo incluido por todo el Museo. Nos contó un poco de la historia y origen del mismo, además de una estupenda explicación sobre la vocación de cada una de las salas de exhibición que componen el MAHG.
Nos contó Magdalena Zavala que la idea de construir el MAHG surgió en los años noventa, cuando Vicente Fox era Gobernador de Guanajuato. El empresario y Director General de Flexi (famosa empresa de zapatos), Roberto Plascencia Saldaño (1935-2017), tuvo la iniciativa de promover la creación de un museo de arte contemporáneo. Con el apoyo del gobernador y otros personajes de la sociedad civil, se dio a la tarea de buscar los terrenos. Para el señor Plascencia era indispensable contar con espacios públicos modernos para una ciudad como León que se encontraba en pleno crecimiento comercial y económico en los años noventa. Actualmente, el Distrito León MX es un clúster cultural y de entretenimiento que cuenta con museos, centro de exposiciones, parques, recinto de la Feria, el Foro Bicentenario y una ruta peatonal que va de este Distrito al Centro Histórico de la ciudad de León.
Roberto Plascencia buscó el despacho del legendario arquitecto Ming Pei (diseñador de la pirámide del Museo de Louvre), y con uno de sus hijos se puso a trabajar en el proyecto. En la zona donde encontraron los mejores terrenos ya existía el estadio Nou Camp de fútbol, el centro de convenciones Poliforum y el museo de ciencia y tecnología Explora. Cuenta Magdalana Zavala que fue un poco complicado gestionar los terrenos para el proyecto, que no solo incluía la construcción de un museo, muy pronto, ya para mediados de los 2000, estaba construido el primer edificio asignado a la biblioteca, inaugurada el 7 de septiembre de 2006 (también funcionó como taller de Pai). En ese tiempo se incorporó al equipo el reconocido arquitecto Augusto Quijano, que se encargó del proyecto destinado a las artes escénicas, el Foro Bicententenario (Roberto Plascencia Saldaña), inaugurado el 7 de septiembre de 2010.
El MAHG fue inaugurado en noviembre de 2008 y cuenta con salas dispuestas para exhibir historia y artes plásticas. Por esta razón, le preguntamos a la Directora del MAHG sobre cómo surge la idea de combinar en un mismo recinto la historia regional con el arte moderno y contemporáneo. Magadalena Zavala nos comentó que en realidad era necesario construir un espacio con vocaciones mixtas, ya existía el Museo de la Alhóndiga (Guanajuato Capital) desde hace unas décadas pero es un museo sobre la historia de México, afirma que era necesario construir un espacio para resaltar el conocimiento de la historia prehispánica y colonial al mismo tiempo, que va de la época preclásica con la cultura Chupícuaro (el maíz como elemento civilizatorio) a la vida virreinal (arquitectura, tecnología y minería), con un enfoque más concentrado en la evolución de la composición social de una región, que en la ilustración de hechos históricos relevantes para la historia de un estado o país.
Cuando entras a las salas de Historia precisamente descubres que están diseñadas para entender los aspectos sociales, culturales y económicos, comprendes un poco más de los pueblos que habitaron esta región del país durante tiempos prehispánicos. Magdalena Zavala nos explicó que las culturas del Bajío vivieron un proceso civilizatorio, estos pueblos se basaban más en su cosmogonía, de cómo percibían el mundo, no desde sus lenguajes, sino desde el oráculo, la esotería y la magia, que fueron fundamentales para estas culturas. En esa sala podemos encontrar estupenda museografía de Jorge Agostoni Colombo y José Enrique Ortíz Lanz, además del extraordinario trabajo que en materia de contenidos realizaron la maestra Miriam Kaiser y la doctora Guadalupe Jiménez Codinach, entre otras. Hermosas vasijas y esculturas (proporcionadas por el Centro INAH) y notable arte barroco.
Durante los primeros años, el MAHG recibió exitosas exposiciones históricas de países como España y Japón, pero actualmente está promoviendo arte moderno y contemporáneo. Magdalena Zavala nos explicó que, incluyendo al MAHG, solamente hay cinco museos en México construidos y equipados exprofeso para recibir exhibiciones y piezas multidimensionales, estamos hablando de recintos como el Centro de las Artes de San Agustín (CASA-Oaxaca), Museo Universitario de Arte Contemporáneo (MUAC- CDMX), Centro Cultural Tijuana (El Cubo) y el Museo de Arte Contemporáneo Monterrey (MARCO), de aquí surge la necesidad y oportunidad de explotar más la capacidad del museo que ella dirige, sobre todo ya en tiempos de post pandemia.
Seguimos explorando el museo y nos encontramos con una gran galería donde habita una colección de esculturas en forma de columnas, obra de Paloma Torres, curada por la misma Magdalena Zavala. Ella misma nos comenta que lleva dos años trabajando en este espacio como sala de arte contemporáneo y qué mejor momento para presentar la obra de Paloma Torres que ahora. Paloma es una artista guanajuatense, egresada del Colegio de San Carlos, pertenece a la generación de artistas como Jorge y Javier Marín. «El trabajo basado en la cerámica de la artista se sitúa en un territorio donde se encuentran y solapan la escultura y la arquitectura: entre el monumento y la ciudad, o entre el ornamento y la función. En buena medida su obra retoma cierta tradición mexicana que ha tendido a acercar ambas disciplinas y hasta confundirlas», apunta Magdalena Zavala.
Al mismo tiempo, el MAHG alberga una selección de la Colección FEMSA. «Hacer mundos» es una exhibición que, a través de 110 obras, recorre el arte moderno y contemporáneo latinoamericano del siglo XX y XXI con un hilo conductor: el ensayo “Hacer mundos”, de Ursula K. Le Guin, donde la escritora estadounidense aborda algunos temas centrales en su obra: la imaginación política y las utopías y distopías que se crean a partir de ella.
Curada por José Alberto Díaz Suárez, «Hacer mundos», es una muestra integrada por unas 110 obras, con piezas de algunos de los artistas latinoamericanos más reconocidos de nuestro tiempo: Miquel Vilá, María Girona, Claudio Bravo, Santiago Cárdenas, Gabriel Figueroa, David Alfaro Siqueiros, Mario Cravo Neto, Nahúm B. Zenil, Aristeo Jiménez, Wilfredo Prieto, Wifredo Lam, Carmen Herrera, Naomi Siegmann, Gloria de Duncan, Fernando Ramos Prida, Juan Soriano, Jacobo Borges, Lucía Maya, Sergio Camporeale, Felipe Mujica, Luis Benedit, Leonora Carrington, Kati Horna, Guillermo Meza Álvarez, Antonio Ruiz “El Corzo”, Agustín Lazo, Joy Laville, Liliana Porter, Alfredo Castañeda, Leonor Fini, Rodolfo Morales, Fernand Pierre, Raquel Forner, María Izquierdo, Circe Irasema, Pedro Friedeberg, Julio Galán, Francisco Toledo, Ángela Gurría, Rafael Gomezbarros, Carlos Amorales, Rubén Gutiérrez, Nemesio Antúnez, Hugo Leonello Níñez y Pablo Rasgado.
Magdalena Zavala nos explicó que la muestra está dividida en cinco núcleos temáticos: “Prólogo: umbrales”, “¿Dónde se traza la línea entre imaginar y soñar?”, “Hacer un mundo nuevo”, “Hacer nuevo al mundo” y “Hacer este mundo”, las Utopías. Se trata de un acercamiento singular a la colección FEMSA que fue creada en 1977, conformada por más de mil 200 obras que ilustran la evolución, la pluralidad y la riqueza de la producción artística en América Latina durante los siglos XX y XXI. Cuando uno descubre la variedad de autores y la diversidad de sus obras, parece imposible encontrar un hilo conductor que haga homogénea esta muestra de 110 piezas, pero desde el concepto de Le Guin se hace posible; los sueños, la imaginación, la utopía se convierten en ventanas que nos ayudan a crear un mundo único, es como un viaje a través del tiempo en el que puedes construir tu interpretación propia, tú escoges la ventana desde donde puedes imaginar y así crear tu propia experiencia.
Para finalizar, descubrimos la Colección Quijotil del Museo Franz Mayer que posee alrededor de 800 ejemplares de ediciones del Quijote. En la curaduría para el MAHG se eligieron alrededor de 50 que son representativos en cuanto a su riqueza histórica, características de impresión, interculturalidad, además de un bella colección de escritorios de época del mismo Museo Franz Mayer. Hay un ejemplar de la primera edición de 1605 (se cree que hay sólo siete ejemplares en el mundo) y otro de la edición más reciente que es de 2005, tailandesa. Es interesante ver cómo con el tiempo los diseñadores e impresores fueron labrando a través de los siglos la imagen del Quijote que actualmente llevamos al imaginario colectivo de nuestro tiempo.