Por Francisco Peyret
En el contexto del Día de la Madre vale la pena reflexionar sobre el papel que esta figura juega en la cultura mexicana, especialmente en un tiempo en el que, a nivel mundial, cada vez es más difícil conservar la cohesión social y la unión familiar. En su libro «El laberinto de la soledad», Octavio Paz explora la complejidad de esta relación en la cultura mexicana, sosteniendo que la madre es vista como una figura dual: protectora y opresora, amorosa y dominante.
Por un lado, la madre es vista como la protectora de la familia y el hogar. Ella es la que nutre y cuida a los hijos y es la que mantiene la unidad familiar, es una figura de amor y ternura, y es vista como la fuente de vida y de creación. En muchas familias mexicanas, la madre es la que mantiene la tradición y es la encargada de transmitir los valores y las creencias a sus hijos. Por otro lado, Paz señala que la figura de la madre también puede ser opresora y dominante. En algunos casos, la madre puede ser sobreprotectora y controladora, lo que puede llevar a una sensación de opresión y falta de libertad. También puede ser vista como una figura dominante que tiene la última palabra en las decisiones familiares. Esta dualidad de la figura materna es reflejo de la complejidad de la cultura mexicana en general.
De acuerdo con Paz y su aclamado libro, la figura de la madre en México tiene una importancia y un significado distintos a los de otras culturas, como la española por ejemplo: la madre española puede ser más independiente y tener un papel más equilibrado con respecto al padre en la toma de decisiones y la crianza de los hijos. Para los mexicanos, la madre es una figura divina y sagrada, a la vez que protectora y abnegada; vista como la principal fuente de vida y la encargada de proteger y alimentar a sus hijos desde el momento de su concepción. Paz señala que la madre en México tiene una presencia más fuerte e incondicional que en otras culturas, donde la figura paterna suele ser la que lleva el peso de la autoridad y el cuidado de los hijos.
Además, el Premio Nobel explica que la madre en México también se asocia con la Virgen María y con la tierra, lo que refuerza su carácter divino y sagrado. En este sentido, la madre es vista como una fuerza que nutre y da vida, pero también como una figura protectora y fuerte capaz de luchar contra cualquier amenaza para sus hijos.
Además de Octavio Paz, otros autores mexicanos han escrito sobre la figura de la madre en la cultura mexicana. Por ejemplo: Carlos Monsiváis, en su libro «Los rituales del caos», habla de la madre como la principal figura de autoridad en la familia mexicana, y cómo esta figura puede ser opresiva y limitante para el desarrollo individual de sus hijos. Elena Garro, en su cuento «La culpa es de los tlaxcaltecas», presenta la imagen de una madre que, a pesar de amar a sus hijos, los abandona y traiciona en tiempos de guerra. Esta representación desmitifica la idea de que la madre siempre es un ser protector e incondicional. Rosario Castellanos, en su poema «Valium 10», critica la imagen idealizada de la madre que la sociedad mexicana promueve, y habla de la presión que las mujeres enfrentan para cumplir con este rol perfectamente. Guadalupe Loaeza, en su libro «Las niñas bien», retrata a una madre preocupada principalmente por el estatus social y el prestigio de su familia, en detrimento de la felicidad y bienestar emocional de sus hijos.
En los Estados Unidos, la figura de la madre suele ser vista de manera similar a otras culturas occidentales, es decir, como una figura de amor y cuidado, pero no necesariamente como una figura sagrada o divina. La madre es importante y respetada, pero no se le atribuye la misma carga simbólica que en la cultura mexicana. Además, la maternidad es vista como una elección personal y no necesariamente como un deber social o religioso. Cada familia tiene su propia dinámica y estilo de crianza, y la figura paterna también tiene un papel importante en la crianza de los hijos.
Para terminar, dejo algunas frases célebres sobre la madre mexicana:
«La madre es el centro de todo, es la semilla del amor, del sacrificio y de la ternura.» – Emiliano Zapata
«La madre mexicana es un ser humano excepcional, dotado de una gran fuerza física y moral.» – Octavio Paz
«La madre es la fuerza viva que hace de la familia un hogar, y del hogar un refugio seguro.» – Rosario Castellanos
«La madre mexicana es el sol y la luna, es el viento que mueve los árboles y el río que fluye sin cesar.» – Elena Poniatowska
«La madre mexicana es la esencia misma de la maternidad, una combinación única de fuerza y ternura.» – Sor Juana Inés de la Cruz