Por Bernardo Moreno
Opera prima del director Aneil Karia, ganadora del Premio Especial del Jurado en el festival Sundance 2020. Abre una pequeña ventana a la situación vivencial de Joseph; un solitario guardia de seguridad en una terminal del aeropuerto, atrapado en la cotidianidad del trabajo y la apática rutina diaria, viviendo en un pequeño departamento. Ejemplo claro de un individuo engullido por una sociedad desinteresada, ajena y sin posibilidades de ser, más que uno más; dentro de un enorme sistema alejado de simpatía y carente de humanidad.
Con un manejo frenético de la cámara y una delirante actuación de Ben Whishaw (que recordamos perfectamente por la película ‘El Perfume’), observamos en el protagonista a alguien derrotado y adivinamos el coraje y la ira a través de su incierta e incómoda corporalidad que va dando paso a la liberación y rompimiento con el statu quo. Ese sistema opresor neoliberalista que envenena relaciones de todo tipo: familiares, personales, laborales, mercantiles y que espera cierto comportamiento del individuo, como si fuera un mercenario listo para ejecutar en caso de tomar otra ruta, pero es cierto que, de intentarlo, tendría que pisar terrenos que de paso en paso enfilarán a la locura o a la felicidad sobresaltada por la adrenalina.
¿Qué está sucediendo? Las decisiones que toma Joseph nos producen incomodidad y ansiedad, pero también empatía y emoción. Es brillante cómo una película nos puede fascinar, sin la necesidad de tantos recursos, con una buena historia, diálogos puntuales, escenas que conecten los puntos, actuaciones verídicas y, en este caso, una cámara invasiva que no nos permite desviar la atención de la obra. Gran debut de Aneil Karia en la dirección de esta película sin paja ni clichés. Habremos de seguirle la pista.
Mira esta película en Prime Video.