Por Elena Baca Suquet
El pasado viernes 26 de noviembre de 2021, en la ciudad de Guanajuato capital se llevó a cabo la premiación del XXV Concurso Nacional de Artes Visuales en la modalidad de pintura organizado por el Museo Iconográfico del Quijote. En esta ocasión, resultó ganador del primer lugar y premio de adquisición Juan Carlos Cázares, artista plástico mexicano residente de San Miguel de Allende desde hace catorce años.
Juan Carlos nace en la ciudad de Santiago de Querétaro en 1976 y decide tomar el camino del arte a la edad de veinte años. Autodidacta, se ha abierto paso en el medio artístico primero en Querétaro, participando en concursos y bienales nacionales y dando talleres en el Museo de la Ciudad, y posteriormente en San Miguel de Allende donde se estableció de manera independiente dando a conocer su trabajo y el de otros artistas. Hoy en día es un artista referencia en San Miguel de Allende y él mismo se define como no comercial, figurativo, con un estilo crítico y oscuro, a veces fantástico y surrealista, pero siempre bien identificado por sus únicos y muy personales cielos de sus paisajes contemporáneos y banquetes de mesas ostentosas en dónde piaras de cerdos transgreden los sagrados alimentos. En su obra figuran cardenales-cerdos, brujas-cerdo, cerdos en llamas jalados por un hombre apesadumbrado con una jaula en la cabeza, concertistas tocando el piano también en llamas ó una pareja con ropas de boda bailando el vals nupcial envueltos también en el ígneo elemento, entre muchas otras piezas.
Su obra, inclinándose cada vez más hacia apuntes reflexivos y cuestionadores, se inclina sobre todo hacia la libertad creativa, sin ánimos de complacencias, modas o tendencias. Al pintar, lo hace directamente sobre el lienzo, sin bocetos, a veces imprime una imagen propia y la interviene, pinta a “lalimón”. Dibuja pliegos completos de figura humana de un sólo trazo en sesenta segundos, se exige y rompe papeles, bota pinturas o re-pinta lienzos, busca y vuelve a buscar el fondo y la forma. También esculpe, talla, y da forma a un pedazo de madera o piedra en su taller en el campo.
Su obra se puede encontrar en diversos países en el mundo, como México, por supuesto, Estados Unidos, Canadá y Europa, en museos, galerías y en casas particulares de algunos coleccionistas. Sin embargo, al momento de exhibir, para Juan Carlos es igual de significativo hacerlo en un museo que en la calle, ya que para él el arte no tiene un lugar específico, es lúdico, movible, habitante de todos lugares.