Por Yudi Kravzov
Reencontrarme con Paola Ripoll en la Galería me hacía ilusión. Pero otra vez llegaría tarde por quedar paralizada tratando de descifrarme desnuda frente al espejo. Me miro buscando mi anatomía, recorro mis músculos, paso por mi mirada, por mi rostro y termino sobre mis pechos como embrujada.
Llegamos juntas. Su porte elegante, su mirada concentrada y su sonrisa me saludaron al tiempo que hicimos contacto visual. Comenzamos a platicar sobre su formación y su experiencia en el mundo del arte en las calles de Milán, Florencia y en las bellísimas provincias de Italia. Entonces una alumna la reconoció, vino a saludarla y le presentó a una joven artista.
—¿Conoces a Sergey Chubriko, el creador de “Bottega Chiaro-Scuro”? —Escuché que le preguntaban.
—Claro que lo conozco. Fui su alumna en Florencia —contestó Paola con ese orgullo que la distingue. Fue entonces que la joven artista preguntó por el estudio de Paola, Atelier Barrère-Ripoll—. El Atelier, lo fundamos mi esposo y yo en San Miguel en 2019. Ahí producimos obra y tenemos una selección de estudiantes que aprenden del arte del dibujo y la pintura, que mejoran cada día y que se entregan a cada trazo. Sergey fue nuestra inspiración, y desde entonces, tratamos de honrarlo en cada lección, en cada crítica y en cada trazo. El estudio es nuestro recinto, ha crecido poco a poco y nos da gusto observar en lo que se ha convertido.
—¿Cuál dirías tú que es el secreto para lograr un buen desnudo? —preguntó la alumna.
—Mi secreto —decía Paola— es comprender la anatomía, analizar cada músculo, cada hueso, cada movimiento, entenderlo e interpretarlo gracilmente sobre el papel. La figura es uno de los temas más complejos en el arte, pero también el más satisfactorio. Es entender el cuerpo humano para diseñarlo y convertirlo en arte.
Escuchándola hablar me acordé de mi imagen frente a la vestidura de mi cuerpo tratando de descifrar mi desnudez esa mañana. No estaba vestida de vergüenza ni de pureza física o espiritual; tampoco vestía de vanidad. Mi cuerpo estaba listo y provocante para desarmar en beneficio de la materia y los sentidos.
La alumna se despidió y las dos vimos que se nos pasaba el tiempo. Comenzaron a llover ideas; la exposición de Thibault abrió entre nosotras muchas, muchísimas posibilidades.
Total, Paola propuso hacer un “DRINK and DRAW” con modelo al desnudo en la galería. Propuse entonces invitar solamente a alumnos enamorados del cuerpo femenino. Quedamos los miércoles de 4:00 a 6:00 p.m. con Janis como modelo.
Paola y yo emocionadas volvemos a intercambiar propuestas y llevar una tarde de magia, una experiencia nueva a la Galería Irma Appel.
¿El 22 de junio hacemos la primera? Sí, en el Vergel.
Arte al desnudo: Un taxi, una modelo, un profesor, papel y lápiz de carbón; mis ojos, mis manos. Silencio. ¿Habilidades en el dibujo?, ¿con una maestra?, ¿con una modelo? ¿Le entro? Es eso: una tarde para descubrirse artista, ¿tiene algún sentido?; lo intento… qué ¿para qué lo hago? Me quedo pensando, me brota una sonrisa. Me siento artista. Dibujar un cuerpo femenino. Why not? Arte al Desnudo.
El calor comienza a disiparse mientras viento fresco corre por las tierras de San Miguel; cuando refresca y se hace de noche, antes de dormir, me miro entera y firme, otra vez, frente al espejo mi desnudez me paraliza de nuevo. Descubro mis pechos y con lápiz de carbón sobre papel grueso frente al espejo, comienzo a practicar sin prisa, ni temor, mis primeros trazos.