Acompañarnos de la naturaleza. ¿Qué significa?

Por Líbera Lang

El proyecto Cuenca Sana-Comunidad Sana (CSCS) del grupo Salvemos el Río Laja impulsa en las comunidades rurales acciones para recuperar y estabilizar la disponibilidad de los recursos ambientales, nutricionales y económicos. Esto requiere de un cambio profundo de hábitos y de cultura, lo que produciría un cambio de realidad para el bienestar presente y futuro. Los pilares de este programa son acciones sostenibles, una nueva relación con la naturaleza y una consciencia sobre tareas concretas frente al cambio climático. La propuesta requiere de visión clara y voluntad férrea para lograr otro tipo de convivencia con la naturaleza, generado por la comunidad misma.

Alianzas, innovación, imaginación y creatividad otorgan certeza, confianza y bienestar a las familias aún en tiempos de contingencia y vulnerabilidad. Es dar los primeros pasos en un camino aún no transitado e impredecible que sólo puede descifrarse observando el estado y salud de nuestro medio ambiente y el ser humano que lo habita. 

Las soluciones basadas en la naturaleza son el punto de partida para encontrar y sumar la resiliencia (adaptación al cambio-realidad) que CSCS promueve en comunidades rurales de tres municipios del estado de Guanajuato, explica Jalil Aragón, al frente de CSCS. ¿Qué son?, preguntamos. En primer lugar, nacen de la observación sensible. “La naturaleza nos dice qué hacer y qué no hacer. Pero ¿quién escucha la solución? Ese es el punto crucial. Hay quien va de paseo al cerro y no ve nada. Pero hay otro que observa y empieza a ver posibles soluciones. Puede ser que la naturaleza le diga aquí falta algo (respeto), o sobra algo (extracción).”

Originalmente los ejidatarios que vivían en el cerro eran los guardianes de la naturaleza. Antes había un mayor equilibrio y convivencia con el entorno. Se acompañaban. “Muy pronto se perdió esa vocación cuando nos convertimos en agentes productivos y consumidores compulsivos. De la convivencia pasamos al extractivismo. Sacamos los recursos sin regresar nada a cambio y sin notar los impactos visibles,” apunta Jalil. 

“Cuando hablamos de soluciones basadas en la naturaleza me refiero a ese acompañamiento. Al acompañarnos observas qué te dice esa otra presencia, cómo se siente, qué necesita. Ya es tarde para solucionar todo, pero por lo menos saber cuándo detenerte o qué falta por hacer es un buen inicio. Si una persona va al cerro y en vez de extraer todo lo que puede permanece quieta observando, entonces recibe otro mensaje, posiblemente la solución. Con el simple hecho de no quitar, ya es una solución.”

“Escuché decir que en cierto lugar estaban quitando los árboles porque no eran de la región y estaban tomando el agua del suelo. Entonces, en su lugar, plantaron árboles nativos. Están tan desconectados que llegaron a esas conclusiones. Porque creo que uno de los menores problemas que tenemos en este momento es un árbol tomando agua.”

Alguien diría que de acuerdo con la vocación del suelo hay plantas que requieren un mayor consumo de agua que otras. Sin embargo, el hábitat está cambiando de temperatura y de ciclos de temporal y en este momento todo se está adaptando a los cambios. “El humano es el único que quiere seguir siendo el mismo y repitiendo lo mismo, tomando todo lo que se le antoja y cada vez quiere más. Cuando la naturaleza te dice ya no tengo más árboles para darte, habrá quien siga haciendo mesas. En vez de hacer otras cosas, insiste en lo mismo. No busca otra salida.” 

Como humanos somos creativos, innovadores y resilientes siempre y cuando aprendamos a soltar. Las soluciones basadas en la naturaleza implica “quitarte los lentes del consumismo y dejar de ver a un árbol como leña’. Un árbol es un ente vivo que nos procura salud y nos acompaña en la vida, en otras palabras, provee nuestra vida con su propia vida.”

Pese a todo, las comunidades rurales “quieren más a la naturaleza y tienen más fe” que los habitantes urbanos. En las comunidades todavía se maneja la fe. Si se quiere se puede, y si se puede, se quiere, dicen. Pero en las ciudades falta la conexión con todo lo vivo y se ignoran los impactos graves que ya están presentes. 

Continuará…