Por Natalie Taylor
Casi todos hemos tenido la oportunidad de ver fotos antiguas de San Miguel, tomas icónicas de la ciudad y de hechos históricos, enmarcadas para siempre por el momento en el que fueron tomadas. La gran mayoría de estas imágenes fueron tomadas por un hombre, un fotógrafo que hizo el trabajo de su vida haciendo una crónica de la ciudad en imágenes. Arturo Suárez nació en San Miguel de Allende el 7 de agosto de 1910 y sus 91 años de vida abarcaron una época tumultuosa, a nivel nacional y local. Menos de un año después de su nacimiento, México se sumergió en una gran guerra civil con el derrocamiento del dictador Porfirio Díaz, presidente del país durante tres décadas. Era la época de Emiliano Zapata, Pancho Villa y las cruentas batallas que marcaron la Guerra Civil Mexicana. Cuando ese conflicto llegó a su fin, el país fue una vez consumido por las Guerras Cristeras, enfrentamientos brutales entre facciones religiosas y seculares que se prolongaron desde 1926 hasta 1929. No fue sino hasta 1934, cuando Lázaro Cárdenas asumió la presidencia, que el país comenzó una camino hacia la recuperación social y económica.
Arturo Suárez se enfrentó a la violencia a temprana edad. Cuando era joven iba a trabajar a la Hacienda Támbula, a unos 15 kilómetros de San Miguel, donde se quedaba entre semana y volvía a casa los fines de semana. Un sábado, cuando no pudo encontrar transporte, vio un caballo y lo “tomó prestado” para irse a casa. En el camino fue detenido por guardias militares porque el caballo tenía marcas indicando que pertenecía a los militares. Arturo fue detenido, colocado contra una pared y estaba a punto de ser fusilado por el “robo”, cuando un vecino lo reconoció, respondió por él y lo puso en libertad. Esta experiencia cercana a la muerte lo traumatizó tanto que se negó a regresar a su trabajo anterior y se quedó con su familia en San Miguel.
La instalación en San Miguel fue el punto de inflexión para Suárez. Un fotógrafo itinerante recorría la ciudad, tomando fotos de personas y eventos. Arturo quedó fascinado con el proceso y pidió ser aprendiz con el fotógrafo. Aprendió el oficio y eventualmente abrió una tienda general en Mesones, donde también reveló fotografías, y se convirtió en el primer distribuidor de Kodak.
El segundo encuentro con la violencia se produjo a fines de la década de 1920, cuando ayudó a un amigo alineado con los cristeros, a quien perseguían para fusilarlo. Suárez escondió a su amigo en el baúl de su auto, y como los guardias lo conocían, lo dejaron pasar sin inspección. Era una repetición de lo que él mismo había experimentado unos años antes, y ahora era su turno de ayudar a salvar a un amigo.
Después de los tumultuosos acontecimientos, el país entró en una nueva y positiva era con la presidencia de Lázaro Cárdenas en 1934. San Miguel experimentó un renacimiento con la renovación de edificios antiguos y la fundación de la Escuela de Arte, por Cossío del Pomar y Stirling Dickinson. A lo largo de estos tiempos, Arturo Suárez tomó fotografías de todo lo que sucedía en la ciudad, capturando los paisajes y la gente de la época.
Arturo Suárez se casó con Antonia Oliden Loredo en 1934 y tuvieron una familia numerosa, de la cual tuve la fortuna de conocer a dos hermanos, Arturo Jr. y Eric. Acababan de abrir una tienda sobre Jesús 14 donde exhiben y venden las fotografías de su padre, y estaban felices de contarme sobre él.
La colección de fotos es impresionante no solo por la cantidad, sino porque capturan un San Miguel de antaño: un pueblo que se transforma de histórico a contemporáneo, capturado en innumerables imágenes de escenas callejeras, ceremonias religiosas, inauguraciones importantes y una galería de imágenes históricas. Hay fotos del antiguo Mercado Ignacio Ramírez, la inauguración de la Fábrica la Aurora como centro de arte, el bautizo del Parque Juárez, la develación de la estatua de Fray Juan de San Miguel frente a la Parroquia, los inicios del desfile de Locos, un sonriente Stirling Dickinson conduciendo su famoso Jeep frente al Jardín, y muchos más. Es historia en fotos.
Arturo Suárez vivió una década menos de un siglo, a través de un período de metamorfosis cuando San Miguel pasó de ser un pueblo adormecido en el Bajío a un importante centro artístico. Murió el 20 de febrero de 2001 pero dejó una obra colosal. Vale la pena visitar la tienda recién inaugurada de la familia y ver estas fotos usted mismo.
Natalie Taylor: Licenciatura en Literatura Inglesa y Periodismo, Universidad de Loyola, Chicago, 1995. Maestría en Bellas Artes en Escritura Creativa, Vermont College, Montpelier, VT, 1999. Escritora, editora y periodista publicada. Profesora de español en Estados Unidos, profesora de inglés en Buenos Aires, Argentina. Traductor. www.natalietaylor.org Contacto: tangonata@gmail.com