Convierte instrumentos de guerra en instrumentos de paz

Por Rosario Ruiz

En el mundo hay alrededor de 639.000.000 de armas de fuego, lo que supone una por cada 10 habitantes. Estados Unidos es el país con más armas en el mundo, seguido de Yemen. México, por su parte, es el quinto país del mundo con más armas sin registrar —alrededor de 13 millones—, según datos de The Small Arms Survey. 

Anualmente mueren en promedio 250 mil personas a causa de las armas. Brasil, Colombia, Estados Unidos, Guatemala, México y Venezuela reúnen la mitad del total de casos mundiales, incluyendo homicidios, suicidios y muertes accidentales. 

Por el impacto que provocan las armas en la humanidad, desde el 9 de julio de 2001 se conmemora el Día Internacional de la Destrucción de Armas de Fuego, fecha instaurada por la ONU en la Conferencia General sobre el Comercio Ilícito de Armas Pequeñas y Ligeras. Se estima que en promedio se destruyen cerca de 800 mil armas cada año para erradicar su uso y eliminar la violencia; lamentablemente, de una que se elimina, se fabrican 10.  

Para destruir las armas hay varios métodos: las pueden cortar y sepultar entre dos capas de cemento; una aplanadora pasa por encima de ellas; se funden, o se convierten en arte, como lo hace Pedro Reyes, artista visual mexicano cuya obra está inspirada en los movimientos políticos, sociales, ecológicos y educativos. 

Reyes toma las armas y las transforma en instrumentos musicales. Rifles, metralletas, pistolas y revólveres se convierten en flautas, guitarras, marimbas, pianos, baterías y cajas musicales. Su mensaje es muy claro: convertir instrumentos de guerra en instrumentos de paz. Según sus propias palabras, estas armas que arrebataron tantas vidas se transforman en música, en un réquiem honrando a las almas perdidas.  

En 2007, Reyes creó el proyecto “Palas por pistolas” en donde fundió 1,527 armas provenientes de Sinaloa para convertirlas en el mismo número de palas para sembrar árboles alrededor del mundo. 

Conmemorar esta fecha es muy importante para alcanzar un mundo de paz. Debemos reflexionar sobre el daño que generan las armas y lo que podemos hacer como sociedad para disminuir su uso.