Por Rodrigo Díaz Guerrero
Sobre la calle de Recreo, antes de llegar al Parque Juárez —si se viene del Jardín Principal—, hay un pequeño lugar al que se ingresa como si fuera un portal misterioso e irresistible, para penetrar a un universo donde el agave es la deidad de la que emana la atmósfera que envuelve todo y a la que hay que encomendarse sin dudas y sin reservas. “Con pecado se nace, con santidad se muere y en el camino, mezcal se bebe”, se puede leer en una de las paredes, como una especie de plegaria, de aviso y de sentencia imperativa; también como un recordatorio de lo breve de nuestra existencia y de que mientras dure, habremos de buscar que sea agradable.
Estos son los territorios de Julio Hernández, sanmiguelense y máster mezcalier, quien tras un sueño engendrado en su amor por los destilados, abrió San Mezcal junto con dos amigos: un pequeño palacio dedicado a la bebida que cuenta con más de cinco años de haber abierto las puertas a todos los amantes de esta espirituosa que cada año encuentra más adeptos en todas partes del mundo.
Julio nos confiesa que su primer acercamiento al mezcal fue a los 15 años, a escondidas, en una fiesta en casa del abuelo de su hijo, motivado por esa curiosidad propia de la adolescencia. No sabía que esa epifanía lo movería a buscar luego las etiquetas a su alcance.
Hoy, en la barra de San Mezcal encontrarás más de 120 etiquetas del famoso destilado de los nueve estados con denominación de origen, sotol, bacanora, pox, raicilla y cerveza artesanal; lo que implica una verdadera pasión el arduo ejercicio de ir, fuera de la ciudad, tras las mejores botellas para su conocedora clientela. Su coctelería es una suerte de variación de los cócteles clásicos del mezcal, con un toque personal que imprime el espíritu del espacio; como el cóctel Amnesia (mezcal, jugo de piña natural, cardamomo, limón y jarabe natural) o el Mezcal Mule (una variante del clásico Mule con mezcal y un toque de fernet, que resalta los sabores del destilado).
San Mezcal también cuenta con una estupenda cocina que lidera el chef Jason Malloff, quien ha diseñado una carta ecléctica con ingredientes de distintas latitudes, para poner sobre la mesa el maridaje perfecto, como la ensalada de espinaca (con vinagreta de cítricos, aceite de trufa blanca, poro crocante y queso parmesano), o la Torta de pollo (en costra de panko, mayonesa de chile y miso, pico de gallo), lo que hace de este lugar un restaurante-bar especializado en destilados mexicanos, con una propuesta de comida de calidad: una experimentación de sabores e ingredientes. Un detalle que ilustra esto es que el mezcal, sí, te lo pueden servir con un plato con rodajas de naranja y sal de gusano; pero el toque de la casa es acompañarlo con un plato de tomates verdes con sal ahumada.
En San Mezcal, como nos dice Julio, se trata de que cada persona se encuentre a sí misma, en los sabores y las texturas de los diferentes destilados de la nación.
San Mezcal se encuentra en Recreo 88, Centro, con un horario de miércoles a sábados de 3 a 11pm, y domingos y lunes de 3 a 10pm.