El vino en Guanajuato: una historia de pasión y resurgimiento

Por Francisco Peyret

En los últimos años, el estado de Guanajuato está apareciendo en la escena del sector vinícola a nivel nacional e internacional, sorprendentemente los productores de esta región del país están ganando premios y reconocimientos mundiales. Sin embargo, la historia del vino guanajuatense es poco conocida aún, durante muchas décadas las referencias del vino de tradición y calidad en México apuntaban exclusivamente a Baja California y Coahuila.

La historia del vino en Guanajuato se remonta a la época de la Colonia, cuando los misioneros españoles introdujeron las primeras cepas a la región en el siglo XVI. Los viñedos se establecieron principalmente en la ciudad de Guanajuato y sus alrededores. Sin embargo, debido a las condiciones climáticas y la falta de experiencia en viticultura, la producción de vino en esa época no era muy exitosa.

Se dice que el Cura Hidalgo era un amante del vino y solía elaborar su propia producción en Dolores Hidalgo. Cuentan que Miguel Hidalgo enseñaba el cultivo de la vid a su feligresía en San Felipe (1783). Aunque no hay muchos detalles específicos sobre su participación en la viticultura, los historiadores aseguran que cultivaba uvas en su huerto y producía vino para su consumo personal y el de su comunidad. Desafortunadamente, durante la Independencia fueron quemados los viñedos de Hidalgo por la armada.

Ya más avanzado el siglo XIX fue cuando la producción de vino en Guanajuato comenzó a florecer. En 1857, se fundó la primera bodega de vinos en Guanajuato, conocida como Bodega de Marfil, algunos autores aseguran que esta bodega sentó las bases para el desarrollo de la industria vinícola en la región. A partir de esta bodega se establecieron más bodegas en diferentes partes de Guanajuato, como San Miguel de Allende, Dolores Hidalgo y el área de Celaya. Pero el historiador Rodolfo Gershman considera a la Bodega San Luis Rey (1870),  ubicada en San Luis de la Paz, como la referencia más importante en la historia de la producción de vino en el Estado de Guanajuato de ese tiempo.  

Sin embargo, a finales del siglo XIX, la filoxera, una plaga que afecta las raíces de las vides, devastó los viñedos de Guanajuato y otras partes de México. Esto resultó en un declive significativo de la industria vitivinícola en la región. Durante varias décadas, la producción de vino en Guanajuato se redujo y muchas bodegas cerraron.

El cultivo intensivo de uva estuvo de vuelta para el siglo XX (1960-80), se produjo un intento de resurgimiento de la industria del vino en Guanajuato. En ese momento, se establecieron nuevas bodegas y se introdujeron técnicas modernas de viticultura y enología.

Desafortunadamente para el sector vinícola guanajuatense, durante los años setenta y principios de los ochenta las casas productoras de brandy acapararon el mercado nacional, una buena parte de los productores de uva del estado, por obligación u oportunidad, vendieron sus cosechas a los productores de brandy (ubicados principalmente en Aguascalientes) durante estos tiempos. 

Para la segunda parte de la década de los ochenta, el ron desplazó contundentemente al brandy en el gusto de los mexicanos, a partir de este hecho las casas productoras de brandy decayeron, la demanda de uva se vino abajo, por lo que los productores de uva de Guanajuato buscaron reconvertir sus producciones. Desde hace unos 30 años los agricultores de la región encontraron buenas oportunidades en el mercado de exportación (fresas, jitomates, pimientos, brócoli, tomates, chiles y calabazas, entre otros).

Historia a parte, citando al historiador Rodolfo Gershman, «con la llegada del catalán Juan José Manchón Arcas a Dolores en 1975 se marcó el inicio de una nueva era. Nacido en Vila-nova, en Penedès, antes de llegar a México trabajó en la bodega Codorníu, en Sant Sadurní D’Anoia, y también en Chile. En el país amplió sus conocimientos en una hacienda en Zacatecas antes de llegar a Dolores Hidalgo, donde comenzó a hacer vino casero en 1978 junto a su amigo Ignacio Vega, propietario de la hacienda vecina».

En la hacienda de Ignacio, al final de la década de 1980, se plantaron las primeras vides (unas 10 hectáreas), el hijo de Ignacio Vega, Ricardo, se asoció con el hijo de Juan José, Juan Menchón, quien siguió los pasos de su padre al completar un doctorado en enología en Valencia. Así fue como estas familias tomaron la decisión de seguir cultivando uva para producir vino de alta calidad. A partir de esta sociedad surge en la primera década del siglo XXI Cuna de Tierra, en Dolores Hidalgo, el primer proyecto vinícola del estado que se posicionó en el mercado nacional con productos de calidad impulsando una nueva era para el sector vinícola guanajuatense.

Mientras tanto en San Miguel de Allende, en el año 2000, aparecieron un par de italianos, Etore Apollonio y Remo Stabile, que empezaron a producir vino en San Miguel en unas 50 hectáreas. Para muchos el ejemplo de estos proyectos revitalizó la viticultura en Guanajuato e inspiró a otros empresarios a seguir el camino. Durante los últimos años el sector vinícola de Guanajuato se transformó profundamente y a gran velocidad; para darnos una idea, Guanajuato cuenta ahora con 450 hectáreas de viñedos, alrededor de 30 bodegas ya tienen sus vinos en el mercado y al menos otras 20 han comenzado a plantar con el mismo objetivo. 

Por otra parte, con el surgimiento de proyectos como Cuna de Tierra y aprovechando el entusiasmo de los empresarios, el Gobierno del Estado estableció como producto turístico la Ruta del Vino de Guanajuato o Valle de la Independencia, evidentemente esta ruta ofrece la cercanía que tienen dos Ciudades Patrimonio Mundial (San Miguel y Guanajuato) y, por lo menos, dos Pueblos Mágicos (Dolores Hidalgo y Comonfort).  Con más de múltiples opciones para disfrutar, que incluyen casas vinícolas, hospedaje, gastronomía, actividades de bienestar, culturales y recintos de eventos, la ruta permite a los viajeros integrar experiencias en su viaje. Por la historia, complejidad y sofisticación de un sector como el vinícola, debemos de aceptar que el resurgimiento de Guanajuato en este terreno ha sido muy impresionante. 

Este verano inicia la temporada de vendimias con la 5ta. Fiesta de Vendimia del Museo del Vino de Guanajuato, el 15 de julio en Dolores Hidalgo. Cabe reconocer que cada vendimia tiene su propia personalidad, pues todos los viñedos son diferentes, hay desde los que cuentan con cavas subterráneas, los que tienen edificaciones contemporáneas con premios reconocidos, los que apuestan por un ambiente más campirano y orgánico, todo esto acompañado de los mejores vinos que da la tierra de Guanajuato.