La UNESCO desde 1972 celebra el 16 de noviembre este día, una fecha que se estableció como emblemática, en la cual se fijó un acuerdo para la protección, cuidado y preservación de todos los sitios naturales y culturales que existen en el mundo. ¿Por qué es importante recordar esta fecha? Simplemente porque muchos de estos sitios se encuentran en riesgo debido al comportamiento irresponsable y depredador de los seres humanos.
Después de todos los destrozos que dejó la Segunda Guerra Mundial, al valorar las pérdidas de patrimonio, en el seno de la UNESCO surgieron iniciativas para promover las declaratorias de patrimonio mundial, con el fin de proteger el legado de los seres humanos frente, suena muy paradójico, el mismo comportamiento del ser humano. Estas iniciativas surgieron principalmente pensando en los momentos de conflictos bélicos entre naciones. Ahora mismo, el patrimonio cultural de una ciudad milenaria como Kiev, en Ucrania, se encuentra en franca amenaza. Desafortunadamente por guerras y conflictos sociales, durante las últimas décadas hemos visto desaparecer obras irrepetibles en países como Afganistán, Siria, Irak, ex Yugoslavia, entre otros.
Por otra parte, hace 50 años no imaginábamos que el turismo y desarrollo inmobiliarios desmedido se podían transformar en la otra gran amenaza del patrimonio mundial; fenómenos como la gentrificación, sobrecarga turística, los impactos ambientales y el cambio climático son actualmente una realidad que sufren muchos destinos catalogados como patrimoniales.
A esto le tenemos que agregar que hay más patrimonio que con la globalización se están viendo amenazados; el Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidad, citando a la UNESCO, «comprenden todas las expresiones vivas y tradiciones que han sido un legado de nuestros antepasados y que deberían ser preservados para que continúen en la memoria de las futuras generaciones. Este importante patrimonio abarca el mundo de las artes, todas las tradiciones orales, festividades, costumbres sociales, rituales, saberes y todo aquel conocimiento que engrandezca la vida de los hombres».
El Patrimonio Mundial de la Humanidad abarca el Patrimonio Cultural, el Patrimonio Natural y los Bienes Mixtos, clasificados de la siguiente manera: 1. Monumentos, ciudades, paisajes urbanos, pinturas, esculturas, lugares arqueológicos. 2. Manifestaciones culturales de los pueblos como la música, la danza, fiestas tradicionales, artesanía, gastronomía, las distintas lenguas. etc. 3. Parques Nacionales, ecosistemas, glaciares, bosques tropicales, cuevas, arrecifes coralinos, fauna y vegetación, montañas, etc.
México cuenta con 35 sitios Patrimonio Cultural. Aquí tenemos de todo, ciudades patrimonio, zonas arqueológicas, sitios prehistóricos, misiones, caminos (Tierra Adentro), poblados (Tequila), monumentos y hasta obras del siglo XX, como la Ciudad Universitaria (UNAM).
Patrimonios Naturales: 1. Sian Ka’an, Quintana Roo. 2. Santuario de ballenas de El Vizcaíno, Baja California Sur. 3. Islas y áreas protegidas del Golfo de California. 4. Reserva de la biósfera de las mariposas monarca, Michoacán. 5. Reserva de la biosfera El Pinacate y Gran Desierto de Altar, Sonora. 6. Archipiélago Revillagigedo. Patrimonios Mixtos. 1. Zona arqueológica de Calakmul y sus bosques tropicales, Campeche. 2. Valle de Tehuacán-Cuicatlán, Puebla y Oaxaca.
México ocupa uno de los primeros lugares a nivel mundial en declaratorias ante la UNESCO, pero la responsabilidad de los mexicanos va más allá de estos «reconocimientos», porque nuestro país cuenta con miles de edificios, obras y sitios arqueológicos catalogados por el Instituto Nacional de Historia y Antropología, cientos de zonas declaradas como áreas naturales protegidas y un sin número de comunidades indígenas, costumbres y patrimonio intangibles irrepetibles, auténticos y diversos. El territorio mexicano tiene un gran legado para la historia de la humanidad, pero al mismo tiempo los mexicanos y los que quieren a este país tenemos una gran responsabilidad, que ante el desarrollismo que vivimos y la falta de consciencia enfrentamos un verdadero reto de cara al futuro inmediato.
Cuando en 1803 el explorador prusiano, Alexander Von Humboldt, llegó a la Ciudad de México y observó en el horizonte las montañas y los ríos fluyendo, dijo que esa era “la región más transparente” que había visto en su vida. Más de un siglo después, esta frase le sirvió a Carlos Fuentes para darle título a su obra la región más transparente, setenta años después ya sabemos cómo quedó esa región. Y para terminar les dejo un poema que se refiere a lo intangible de México.
El cántaro roto
Pero a mi lado no había nadie.
Sólo el llano: cactus, huizaches, piedras enormes que estallan bajo el sol.
No cantaba el grillo, había un vago olor a cal y semillas quemadas, las calles del poblado eran arroyos secos y el aire se habría roto en mil pedazos si alguien hubiese gritado ¿quién vive?
Cerros pelados, volcán filo, piedra y jadeo bajo tanto esplendor, sequía, sabor de polvo, rumor de pies descalzos sobre el polvo, ¡y el pirú en medio del llano como un surtidor petrificado!
Octavio Paz