Por Francisco Peyret
En la Parte I apuntamos cómo el fenómeno de la gentrificación ha modificado el funcionamiento de San Miguel, cómo en colonias tradicionales como la Guadalupe y San Antonio se están componiendo para vivir una nueva realidad que se ve impactada por la llegada de cada día más turistas y nuevos residentes, de cómo los habitantes originales se están mezclando con los nuevos habitantes y están conformando una nueva funcionalidad para estos barrios. Y no solamente en estas colonias está sucediendo este proceso, hay muchos casos donde los colonos se organizan para generar condiciones que les brinden un ambiente social que les asegure seguridad, bienestar, economía, servicios y un ambiente urbano agradable.
Las características históricas, culturales, urbanas y sociales han provocado que San Miguel sea un polo de atracción para inversionistas y familias para arribar a nuestra comunidad, esto ha generado una presión urbana y económica importante, la gentrificación provoca desplazamiento de los habitantes originales y el encarecimiento de los bienes y servicios, pero es un fenómeno muy complicado de detener, por lo que las autoridades locales y los residentes son ahora los responsables de asimilar este proceso de la mejor manera posible. Por esta razón es indispensable que se definan con claridad las zonas o distritos con características particulares para promover el potencial de cada uno de estos.
Cuando las ciudades son declaradas Patrimonio Mundial, lo primero que sucede es que se convierten en objetivos muy atractivos para las inversiones y los turistas, por lo que la UNESCO siempre recomienda que las políticas urbanas estén enfocadas en conservar las tradiciones y características arquitectónicas y habitacionales; muchas ciudades han sufrido el proceso irreversible de terciarización, que implica que los negocios desplacen en su totalidad a los habitantes de estos centros históricos; para la UNESCO es indispensable que las zonas patrimoniales se conserven como «centros vivos».
La gentrificación puede ser un proceso que bien puede ser aprovechado para mejorar el funcionamiento de los barrios de la ciudad, generando un mejor tejido social y económico, siempre y cuando no se nos pase la mano con los cambios de uso de suelo. La conectividad y el equipamiento urbano pueden servir de mucho, hay muchos ejemplos en colonias populares y barrios de la ciudad, pero la pregunta que todos nos hacemos es que está pasando con los desarrollos nuevos, cómo se están pensando en este contexto de crecimiento poblacional y urbano.
Una de las zonas que resulta muy interesante para la comunidad es la que ahora se conoce como Distrito Corazón, que se está desarrollando en torno al Parque Zeferino. Platicando con uno de los promotores del proyecto, nos contó a detalle en qué consiste este desarrollo. Se trata de un asunto familiar que inicia cuando el abuelo compró estas tierras, el casquito de la Hacienda de Mexiquito lo convirtió en iglesia (1956), hizo una escuelita y el orfanato, que finalmente donó a las Religiosas Dominicas de María O.P., hoy en día es lo que conocemos como Santuario Hogar Guadalupano (Mexiquito).
Años después, los nietos concibieron el proyecto para toda la zona, pero como compensación para obtener las autorizaciones, el primer paso que dieron fue la donación de los terrenos y la construcción del Parque Zeferino (20,000 m2), con una inversión de unos 250 millones de pesos (parque + infraestructura). El proyecto está pensado para convertirse en un polo de desarrollo para los visitantes, pero también para la comunidad local. El Distrito va a contar con áreas de servicios, dos hoteles, uno ya está en construcción (Pueblo Bonito) y otro que pertenece a la cadena One (Versión de Lujo), además de la construcción de casas habitación. El proyecto incluye un paseo conectado al Parque Zeferino, con ciclovía y corredores peatonales, que además incluye una plaza pública (Plaza Corazón) para eventos culturales y sociales.
De acuerdo con el promotor, el proyecto es abierto para que las familias que viven en la parte alta de esta zona (San Luis Rey y Santa Cecilia) estén conectadas al funcionamiento urbano e infraestructura de Distrito Corazón. Al mismo tiempo, en torno a la glorieta, en la parte baja del Santuario de Mexiquito, están proyectando desarrollar un centro cultural; Arteria es un proyecto que va incluir 13 talleres y estancias para jóvenes artistas que quieran crear y exhibir su obra al mismo tiempo.
Para el futuro de San Miguel es muy importante conocer cómo los inversionistas están pensando en desarrollar sus proyectos; el cuidado del medio ambiente, disposición de los servicios y la integración al tejido social son determinantes para la conservación del patrimonio cultural, tanto tangible como intangible. Queda claro, que como ciudadanos necesitamos más información y la responsabilidad de buscar formas de participar cada vez más en los procesos de planeación y definición del desarrollo urbano municipal.