El Informe del Presidente, Marzo 2021

Marzo 2021

Ha pasado un año desde que el mundo descubrió que un virus se estaba propagando a un ritmo increíble y desde entonces el mundo ha estado luchando por adaptarse a las nuevas condiciones de vida y de trabajo.

Nosotros, en la Biblioteca Pública de San Miguel de Allende, estábamos ocupados planificando nuevas actividades en nuestras aulas, nuevos espectáculos en nuestro teatro recientemente renovado, nuevas plataformas para nuestros componentes de medios, nueva construcción para agregar el espacio que tanto necesitan nuestros estudiantes y miembros de la biblioteca y nuevos programas para nuestros estudiantes becados. Bueno, algunos de los planes se pospusieron y otros avanzaron en la lista de prioridades durante estos últimos meses de cierre forzado y reducción de actividades, pero descubrimos el formidable equipo que hemos constituido a lo largo de los años.

Bajo el liderazgo de nuestro Director Ejecutivo, Miguel Ángel Barquet, asistido por Leticia Rodríguez, nuestra Gerente de Recursos Humanos, todo el personal elaboró ​​un cronograma para cuidar nuestras instalaciones respetando todas las medidas sanitarias recomendadas por las autoridades. Se completaron los trabajos de renovación del Teatro, se limpiaron y pintaron las aulas y salas de reuniones, se organizaron los archivos administrativos y la colección de libros, y los empleados recibieron capacitación continua sobre cómo protegerse y prevenir la propagación del virus en nuestro edificio y en nuestra comunidad. .

Gracias a las donaciones heredadas que nos llegaron fortuitamente justo antes de que estallara la crisis, pudimos mantener a todo nuestro personal e incluso ocupar algunos puestos que habíamos presupuestado. Al mismo tiempo, hicimos lo que solemos hacer para prepararnos para un nuevo año, excepto que el último fue todo menos ordinario, por lo que nuestro presupuesto proyectado se basa en hechos concretos y proyecciones realistas.

Nuestra institución, al igual que otras ONG de nuestro municipio y del país, tuvo que enfrentar las consecuencias de la pandemia y su impacto en todos los sectores de la economía, así como ajustarse a las nuevas leyes tributarias que entraron en vigencia el 1 de enero. 2021. En un resumen muy sucinto: los ingresos generados por las empresas sociales dentro de una asociación no deben superar el 50% de los ingresos totales; de lo contrario, la asociación pierde su condición de organización sin fines de lucro e incluso podría verse obligada a cerrar sus puertas.

La Biblioteca Pública siempre se ha esforzado por alcanzar un nivel de equilibrio financiero, mientras que los ingresos de nuestras diversas actividades pagarían nuestros gastos generales, mientras que las donaciones se destinarían directamente a financiar nuestros programas educativos. Las actividades en cuestión (Café Santa Ana, periódico Atención, Teatro Santa Ana, Tesoros y House & Garden Tour) son administrados por el personal de la biblioteca y todos los beneficios van directamente a la biblioteca y es por eso que los describimos como “empresas sociales”, un término utilizado ampliamente por las ONG de todo el mundo.

No obstante, hemos pedido propuestas a varias consultoras sobre cómo adaptarse a la nueva normativa y dos de ellas nos han proporcionado opiniones y recomendaciones. Se tomarán una serie de medidas (algunas ya están en práctica) en los próximos meses que permitirán a la biblioteca continuar su misión sin interrupciones y, con suerte, con el menor impacto posible en nuestras operaciones.

Si bien tenemos la esperanza de tener a mano las soluciones adecuadas, también somos muy realistas en cuanto a que necesitamos reemplazar algunas pérdidas de ingresos por un enfoque más organizado para la recaudación de fondos dentro de nuestra comunidad y con organizaciones públicas y privadas. Marie Mobius fue contratada en septiembre pasado para encabezar nuestro departamento de recaudación de fondos y ya ha mostrado resultados prometedores.
Estamos esperanzados porque invitamos a una nueva categoría de personas a unirse a nuestra junta y nuestro personal: jóvenes, enérgicos, creativos y dedicados a la misión y los objetivos de la Biblioteca.

Tenemos esperanzas porque la crisis nos ha ayudado a revisar nuestro uso del espacio, nuestros programas, nuestras plataformas de medios, nuestros planes de recaudación de fondos y nuestras herramientas de alcance comunitario.
También tenemos esperanza porque sabemos que vivimos en una comunidad que siente la necesidad de ayudar a quienes necesitan apoyo y comprende la importancia de la salud, la educación, la vivienda y la capacitación en el desarrollo económico y social.

San Miguel de Allende se enorgullece del trabajo que muchas ONG han estado haciendo en nuestra comunidad y La Biblioteca se enorgullece de haber sido parte del esfuerzo durante los últimos 65 años y tiene la intención de seguir sirviendo a los hijos e hijas, incluso a los nietos, de esos les ha ayudado a alcanzar sus objetivos en el pasado.

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