Por Fernanda Noriega
Saúl García es un sanmiguelense enamorado de su tierra y de las maravillas que esta guarda en cada esquina. Hace 8 años, Saúl se dio cuenta “sin querer” de que muchos de los visitantes desconocían qué actividades se pueden realizar en la ciudad además de conocer la zona centro, por lo que se le ocurrió crear una página en Facebook para “hablar de San Miguel”, como él describe, y de esta manera ayudar a los visitantes a identificar aquellas atracciones que no se encuentran en ningún otro rincón del país. Su prioridad es brindar recomendaciones a los viajeros, pero las personas locales también le han tomado un cariño especial a Saúl a partir de su forma de compartir San Miguel.
De un momento a otro, su página despegó de forma sorprendente y hoy, son cerca de 474,000 los usuarios que siguen “San Miguel de Allende con Saúl”: a través de contenido digital como videos y fotografías, García dedica su tiempo a compartir con la comunidad virtual cómo es vivir en San Miguel, desde caminar por las calles hasta visitar aquellos lugares que pocos conocen.
Al preguntarle a Saúl cómo es un día perfecto para él en su amado pueblo, sin pensarlo responde que “redescubrirlo es una tarea interminable”, y es que a pesar de ser “oriundo”, no deja de sorprenderse.
Su día comienza muy temprano, ya sea que se encuentre en el trabajo o desayunando en un acogedor café de la ciudad, “hay que contemplar el paisaje desde las alturas”, comenta, lo cual no resulta complicado ya que si algo abunda son las terrazas o las actividades como pasear en globo aerostático.
Para continuar con su día, una de sus actividades favoritas, sobre todo tras la pandemia es andar en bicicleta cerca de la presa Allende o en las afueras de la ciudad, vaya, estar entre la naturaleza mientras pedalea y hacer paradas estratégicas en un puesto de tamales, tacos o en las famosas gorditas de Atotonilco.
Cuando cae la tarde, “una terracita, ¿No?” Comenta inspirado. Ya sea para compartir un trago con un viejo amigo o conocer un nuevo cafecito, Saúl es amante de disfrutar la tranquilidad que caracteriza al Corazón de México desde la terraza del bar El Cielo o bien, sentado a la barra en La Sirena Gorda.
A pesar de que ir al jardín principal es agradable a cualquier hora del día, Saúl prefiere guardar este momento para la noche, “escuchar el mariachi mezclarse con el sonido de las campanadas del reloj, a la gente cantar o a los niños divertirse mientras todo está iluminado es una de mis cosas favoritas” comparte.
“Hay muchas cosas por ver, San Miguel guarda muchas cosas” concluye al recordar, seguramente, una gran cantidad de historias compartidas aquí, en este rincón tan especial.