San Miguel: un cálido anfitrión.

Por Fernanda Noriega

Hace 8 años, Octavio Tovar se integró al equipo del Hotel Casa de Sierra Nevada. Orgulloso, Octavio narra el crecimiento que ha tenido desde entonces, ya que comenzó a enamorarse de su trabajo como recepcionista y recientemente, tras dos años como Concierge del Hotel, fue nominado por la Asociación de Concierges de México para ser Director de la región Corazón (bajío).

Y, ¿En qué consiste ser Chief Concierge? Tovar comparte que su labor, dicho de manera muy simple va “desde conseguir una aguja hasta un helicóptero. Es decir todo lo que a los huéspedes se les pueda ofrecer, mientras exista” . Su trabajo, aunado a que es sanmiguelense “nacido y crecido aquí”  como él lo describe, le ha permitido conocer profundamente San Miguel y responder con toda naturalidad al tema en cuestión: ¿Cómo es un día perfecto para él en el Corazón de México?

Su día comienza muy temprano, apenas se asoma el sol cuando Octavio ya ha leído las noticias locales para informarse de eventos, sucesos y nuevos lugares a visitar: si hay algo que le apasiona, a pesar de conocer el pueblo “al derecho y al revés”  es redescubrirlo todos los días.

Un poco más tarde, para pasar tiempo con familia y amigos, Octavio es amante de visitar el Charco del Ingenio, ya que considera esencial conectar con la naturaleza para cargarse de energía positiva fuera de la rutina de la ciudad, aunque claro, una buena caminata siempre trae consigo el hambre y Tovar menciona que resulta divertido conocer algún restaurante al azar, “no importa si visitas un restaurante pequeño o uno muy conocido, ten la seguridad de que en San Miguel la propuesta gastronómica siempre es interesante” .

Ahora bien, dependiendo de su estado de ánimo, hay días en los que no se resiste a visitar el Santuario de Atotonilco y sus alrededores, “¿Tú sabes lo que significa Atotonilco? Significa agua caliente”, comparte emocionado. Principalmente gusta de comer en los puestos de gorditas que uno se encuentra por ahí o, ¿Por qué no? Hacer una parada en algún puesto de antojos mexicanos mientras va por la carretera de las orillas de la ciudad; “lo mejor es conocer San Miguel de afuera hacia adentro: cuando alguien viene de visita, mi mejor recomendación es que se detenga un momento a probar, a conocer todo aquello que se encuentre por ahí”.

Y como parte de un día perfecto, recomienda sobre todo adentrarse en el Mercado de Artesanías y en el de la colonia Ignacio Ramírez, “ir al mercado es conocer el corazón del pueblo: la cotidianidad, la gente y su trabajo”. Para él, las actividades más simples son las que llevan a la gente a conocer el lado auténtico de San Miguel; desde caminar por la calle y mezclarse entre las personas locales, tomar el sol matutino en el jardín, escuchar las campanadas y aprender a identificar “ese fue el reloj público, y según escuché son las 3pm”.

“Encuentras cultura, te sientes en casa gracias a la hospitalidad de la gente, y te maravillas del amor que las personas sienten por su San Miguel”, comparte orgulloso, y confiesa que como buen sanmiguelense, le encanta poder presentar a los visitantes la historia, tradiciones y calidez con las que aquí son recibidos.

Para él, la esencia y personalidad colonial de San Miguel es algo digno de atesorar, sin embargo, se siente orgulloso de la capacidad de evolución de la ciudad y de su gente, para ser unos cálidos anfitriones del mundo y su diversidad todos los días del año.