Por Saúl Garpe
Uno de los atractivos más importantes de la época navideña es el tradicional nacimiento que se instala en casas y plazas públicas a lo largo y ancho del país, mayormente en ciudades turísticas y pueblos mágicos en donde la representación del nacimiento de Jesús suele convertirse en una auténtica muestra artesanal.
En los últimos años, el nacimiento monumental de Pátzcuaro ha ganado notoriedad entre los pueblos mágicos de Michoacán debido a su creatividad y detallada elaboración. Este año, la Plaza Vasco de Quiroga se engalana con 60 figuras monumentales elaboradas con materiales de la región que representan distintas zonas de Michoacán, desde la zona lacustre con los tradicionales pescadores, pasando por los danzantes con sus icónicas máscaras y vestidos típicos sin dejar de lado lo tradicional como la representación de María y José, los tres Reyes Magos, coros celestiales y un árbol de Navidad monumental.
¡Todo me encantó!
¿Vale la pena recorrer los 241 km que separan Pátzcuaro de San Miguel de Allende?
Por supuesto que sí, no solo para visitar el nacimiento monumental, sino para disfrutar la variada y rica gastronomía de Michoacán como las tradicionales corundas (tamal típico michoacano), uchepos (tamal de elote tierno), nanches y papas silvestres (frutas y verduras de la región). Me di un buen ‘atascón’, ya que puedes encontrar todo con facilidad en las primeras cuadras del centro, al igual que las siempre impresionantes obras y muestras artesanales elaboradas en madera, latón, barro y tejidos de lana, los cuales puedes encontrar en la explanada de la Basílica, en el tradicional mercado, la casa de los 11 patios, el centro cultural Jesuita y por supuesto alrededor de la gran Plaza Don Vasco de Quiroga.
Sin olvidarnos, claro, de uno de los aspectos más importantes que vuelven a Pátzcuaro mágico: su historia, sus calles y casitas de teja que nos regalan postales de otra época en donde amarás crear fotos y recuerdos.