Por José Luis Mendoza
Los orígenes del son jarocho se remontan al siglo XVIII en donde la música venida de España, primordialmente de la zona de Andalucía y de las Islas Canarias, adquiere un carácter muy peculiar en nuestras tierras al mezclarse con las influencias africanas que pululaban la cuenca del Caribe en esa época y el sustrato indígena que poblaba originalmente estas tierras. Ya desde ese siglo y gracias a la Inquisición sabemos de ciertos géneros musicales propios de “Mulatos y gente de color quebrado” que se practicaban en diferentes sitios de Veracruz y otros lugares de la Nueva España. Santiago de Murcia ya recrea a mediados del siglo XVIII algunos “Sones de la Tierra” que evidentemente abarcaban los universos afromestizos en los que el son jarocho se estaba forjando.
Los ritmos: Sevillanas, fandanguillos, bulerías, garrotines, peteneras en España ya eran resultado de una mezcla bastante interesante de la música árabe con la tradición gitana, melodías judías y música bizantina. Si reunimos las coplas, el rasgueo de los laúdes y guitarras, el zapateo, la antifonía, la improvisación, y el uso de jitanjáforas y onomatopeyas, elementos provenientes de África, más la influencia indígena, (principalmente Náhuatl y Popoluca), imaginamos cuáles son las herencias musicales que conformaron lo que actualmente conocemos como Son Jarocho.
Después del éxito del show de enero, este martes 21 de febrero a las 7:30 en el teatro Playhouse, Independencia 82, el grupo Soledad presentará una selección de sones de aquellos tiempos. Las puertas se abrirán a las 6:30 para boletos y recepción con cocktail y bocadillos de Veracruz. Presentación 7:30 pm. Boletos en El Sindicato Recreo 4 y la tienda de música Allegro, en Hernández Macias 101, info tels. 415 151 0708 y 415 114 0535.