Por Fernanda Noriega
El 2021 ha sido un año complicado para Haití. Tras un par de desastres naturales que dejaron devastadas algunas zonas del país a mediados del presente año, la situación empeoró cuando el 7 de julio, el presidente Jovenel Moïse fue asesinado a manos de un presunto magnicida. A partir de entonces, el trabajo comenzó a escasear y con ello la inseguridad fue en aumento orillando a muchas familias a vivir en situación de precariedad y una constante angustia por la delincuencia y la difícil situación política del país, por lo que muchos haitianos comenzaron a plantearse salir de su lugar de origen en búsqueda de mejores oportunidades de vida para ellos y su familia. Han pasado algunos meses de estos sucesos y las circunstancias solo parecen empeorar, así que tomaron la decisión de hacer un esfuerzo por emigrar, con la incertidumbre como compañía.
No todos han logrado salir, sin embargo, México ya ha recibido a algunos de ellos y se están haciendo esfuerzos por ayudarles a mejorar su calidad de vida.
El Instituto Nacional de Migración, por su parte, ha hecho lo correspondiente, en respuesta a la situación de los inmigrantes les proporcionó un código QR con el domicilio de las oficinas de migración tanto en San Miguel de Allende como en León de los Aldama Guanajuato para que acudieran a realizar el trámite de una residencia temporal de un año en México. De esta manera, la semana pasada decenas de personas, algunas familias completas, originarias de distintas zonas de Haití arribaron a San Miguel y León; sin embargo, permanecieron afuera de dichas oficinas durante varios días. Pierrelus Markely, uno de los inmigrantes que llegó a San Miguel junto con su esposa y su pequeña hija, comparte que durante días estuvieron durmiendo a la intemperie, pese a la falta de comida y a la lluvia que cayó durante dos días en la ciudad, “hacía mucho frío y me preocupaban mi hija y mi esposa, pero debíamos esperar a que nos ayudaran con la residencia para buscar a dónde partir”. Fue hasta que, el viernes 17 de diciembre fueron llevados por personal y voluntarios al Sindicato, conocido como “el Recreo” en la calle de Recreo, zona centro. “Fueron por nosotros, llegaron varias personas y nos trajeron aquí para que tengamos un techo mientras estamos de paso por San Miguel. Algunas personas nos han venido a ver, platican con nosotros, nos traen víveres o dinero para pagar el pasaje porque todos aquí tenemos un destino diferente; los mexicanos y la gente que vive aquí ha sido solidaria con nosotros”, comparte Pierrelus. El Sindicato ha adaptado la cocina, los salones y la bodega para que las personas puedan convivir y estar tranquilos en su paso por San Miguel, así como el teatro, que es en donde duermen.
La residencia que el Instituto Nacional de Migración les está otorgando, les proporciona una clave CURP, que les garantiza acceso al sistema de salud, educación y derecho a trabajar dentro del país mexicano durante un año. Se les pregunta si desean permanecer en Guanajuato o hay algún estado de su preferencia para establecerse y de esta forma, quienes no se han quedado aquí ya están partiendo a Ciudad Juárez, Tijuana y otros destinos con la ayuda de las donaciones y el voluntariado.
Las instalaciones del Sindicato se ven llenas de estas personas compartiendo el alimento en el comedor, niños jugando y corriendo por los pasillos y algunas personas adultas conviviendo con los demás con música o conversando. Se respira un ambiente ameno pese a la difícil situación que acontece.
El personal del Sindicato, la comunidad extranjera y los ciudadanos sanmiguelenses forman parte del voluntariado que ha permanecido apoyando a los haitianos, realizando un censo que arroja un total de 84 personas en total, también recolectando víveres, consiguiendo transporte para aquellos que ya realizaron sus trámites y deben partir a su destino asignado, y canalizando a algunos médicos (dos pediatras y una ginecóloga) para que atiendan sobre todo a los niños y a las mujeres embarazadas. Esta red de ayuda ha generado una atmósfera de hospitalidad y se ha confirmado que todos se encuentran bien de salud, solo es cuestión de que todos sean canalizados a su lugar de residencia para que, como Pierrelus comparte, encuentren un empleo que les permita acceder a una vivienda y las condiciones óptimas para forjar una vida tranquila y segura en México durante el 2022, posteriormente deberán decidir lo que sigue para ellos.